viernes, 11 de enero de 2013

Leche de avena

Leche de avena
Llevo muchos años tomando leche de soja, pero últimamente he observado que me produce algunos gases. Aunque todos sabemos los beneficios de la leche de soja, sobre todo en relación con los síntomas menopausicos, el colesterol o las distintas intolerancias a la lactosa, sí es cierto que no a todo el mundo le puede sentar bien, sobre todo si no es de buena calidad.
En la leche de soja, como en todo, también hay calidades, según el proceso de fabricación empleado, el tipo de grano de soja empleado o la proporción de granos por litro.
Así que estuve indagando sobre la preparación de otras leches vegetales, y encontré muchas: de avena, de almendras, de alpiste....
He empezado por la de avena, por ser la preparación muy sencilla y porque el sabor de la avena me gusta mucho.
Así que aquí está la receta:
1 libro de agua (mineral a ser posible)
100 gr. de copos de avena
1 pizca de sal

Poner en un recipiente los copos de avena y echar el agua.
Yo los he dejado remojando toda la noche, porque lo puse antes de ir a dormir, pero no hace falta tanto tiempo. Con un par de hora es suficiente.
Una vez remojados, triturar todo en la batidora, hasta obtener un batido.
Colar el agua con un colador muy, muy fino. Yo utilizo tres: Primero lo paso por un colador chino, ese que tiene los agujeros gruesos. Luego por otro de malla metálica fina, y por último, lo coloco en una gasa de algodón y presiono para extraer todo el jugo.
Yo no le echo azúcar, me gusta así, además de esta forma la puedo utilizar en platos salados, por ejemplo para hacer bechamel o croquetas. Pero vosotros le podeis echar el dulce que prefirais.

Con la parte sólida resultante, que me daba pena tirar, he hecho unas galletas, también facilísimas:
Galletas integrales de avena con chocolate
Usé el producto resultante de remojar los 100 gramos de esta leche, más 50 gramos que utilicé ayer para hacer la primera leche de avena. Siempre que pruebo una receta nueva, empiezo con cantidades pequeñas, por si acaso. En este caso, de las dos veces, conseguí aproximadamente unos 180 gramos de residuo seco. Bueno, realmente era húmedo, jejejeeee!
Lo mezclé con los siguientes ingredientes:
4 cucharadas de sirope de ágave (puedes poner miel, azúcar de caña u otro edulcorante)
1 pizca de sal
1/2 cucharadita de levadura química
3 ó 4 cucharadas de harina
2 cucharadas de cacao en polvo
2 cucharadas de lecitina de soja
Mezclarlo todo con un batidor de mano. Debe quedar una masa suave y blandita, como de bizcocho.
Repartirlo en cucharadas sobre la bandeja de horno. Con estas cantidades, a mi me salieron 15 galletas. Las tuve en el horno 20 minutos a 180º.
Quedan blanditas. Y están deliciosas!!!