viernes, 10 de agosto de 2018

HUMMUS DE GARBANZO


El hummus de garbanzo es uno de nuestros platos preferidos, además de ser facilísimo de hacer. 
En casa lo utilizamos mucho como segundo plato, como aperitivo, como merienda, para untar en las tostadas del desayuno, con pan, con colines, con crudités...con todo y para todo!!!!
Este en particular lo ha hecho mi hija Ayla, que tiene 14 años y quiere aprender a hacer recetas. 
Llegó la hora de empezar a crear, no sólo comerse lo que yo cocino!!! 😂😂😂

Asi que le he preparado los ingredientes, que son estos:

- 1 bote de garbanzos cocidos.
- 1 cucharada de tahiní. Nosotros estamos usando el tahiní blanco en vez del tostado, y la verdad es que el hummus queda también muy bien. A mí presonalmente me gusta mucho el sabor del tahiní tostado, pero en casa les gusta más el blanco, porque tiene un sabor menos fuerte. P'a gustos, los colores.
- Un par de dientes de ajo. O uno. O tres. Depende de lo que te guste el ajo.
- Zumo de un limón
- Aceite de oliva
- Sal.

Luego, solo hay que añadir todos los ingredientes en el vaso de la batidora, y batir hasta que quede una pasta suave bien integrada. 

Otras veces, he escurrido la aquafaba de los garbanzos, es decir, el líquido en el que vienen en el bote, y con el que podeis hacer estos deliciosos MERENGUES DE AQUAFABA, pero esta vez hemos utilizado los garbanzos con líquido y todo. Nos ha quedado un hummus algo más blandito, lógico porque llevaba algo más de líquido, pero igualmente delicioso y muy nutritivo.
Los ingredientes de la receta de hoy son los básicos, pero también podéis probar a hacer este HUMMUS DE AGUACATE, en el que hemos sustituido los garbanzos por aguacate. 
Y yendo más allá, podeis variar la receta sustituyendo los garbanzos por otra legumbre cocida: lentejas, judías... 
Incluso podeis hacer una versión crudivegana utilizando la legumbre germinada en vez de cocida. 
Podéis añadirle, además del ajo, comino, pimienta, pimentón, perejil, orégano...
Todo un mundo de posibilidades.



jueves, 9 de agosto de 2018

BROCOLI SALTEADO CON ARROZ



Esta receta es para los amantes del brócoli, o para sus más acérrimos enemigos. 
EL BROCOLI es una verdura que, o la amas, o la odias, y yo he llegado a amarla tanto que no puedo dejar pasar una semana sin consumir esta verdura tan maravillosa.
Sí, lo admito, me encanta el brócoli.
No sólo por su sabor suave y delicado, sino también, y sobre todo, por su propiedades nutricionales. 
Si, si, lo sé. Diréis que hablo tan bien del brócoli porque soy de las que lo aman, pero para los que la odiáis, os daré un par de trucos para que algún día lo améis vosotros también.
Básicamente el secreto está en la forma de cocinarlo. 
Y ésta es AL VAPOR. Porque si la cocéis en agua, u os pasais de tiempo de cocción, pierde todo su sabor original, toma un sabor y textura extrañas, y entiendo que os paséis al Lado Oscuro.
El secreto está en el COLOR del brócoli. NUNCA debe perder su color verde. Por eso, la cocción al vapor es la idónea para cocinar esta magnífica verdura. Tarda entre 10 o 15 minutos.
Después, un poquito de sal, o ajo en polvo, un chorrito de aceite de oliva o incluso un poco de VEGANESA, cuya receta la teneis en esta entrada de PESCOKARA AL HORNO CON VEGANESA, o en esta TARTA DE ATUNNORI, pueden hacer de este plato simple un auténtico manjar. 
El otro método de cocinar el brócoli para poder disfrutarlo es SALTEADO, y es como lo he cocinado en esta receta.
Salteado en crudo, sin cocer. Simplemente rallado y salteado en la sartén con un chorrete de aceite de oliva y mis especias favoritas y media tacita de agua. Yo le puse un preparado para burritos, pero vosotros podeis usar las que más os gusten: pimentón, ajo, cebollino, orégano, romero... o todas juntas!
Para rallar el brócoli usado este aparato, que parece un armatoste alienígena. En realidad es una mandolina super rápida y eficaz, que facilita mucho el trabajo en la cocina. Si tenéis curiosidad de cómo podeis conseguirla fácilmente, ponedlo en los comentarios y os lo contaré.



Pero si no teneis este artilugio, también podeis rallar el brócoli con algún rallador sencillo, como éstos:

Y en el peor de los casos, un buen cuchillo y una tabla de cortar, un poquito de paciencia y muchos trocitos pequeños, y ya está.

Mientras tanto, ponemos a cocer el arroz, conforme a las instrucciones del envase. Para esta ocasión yo he usado arroz basmati, pero vosotros podéis usar el arroz que más os guste.

Y ya está. 
Yo comí arroz con brócoli.
Ayla comió brócoli con arroz.
El orden de los factores no altera el producto. 
Que aproveche!

miércoles, 8 de agosto de 2018

SOPA DE MISO


De esta receta encontrarás miles de entradas en internet. La sopa de miso es la más famosa en las redes.
La receta original japonesa se hace con un caldo de pescado llamado dashi, pero nosotros no necesitamos ese ingrediente animal.
Por eso no podía faltar en mi blog, además de que es la excusa perfecta para hablaros sobre el miso, un producto quizás poco conocido en nuestro país, pero muy interesante.
Con este ingrediente, también podeis preparar esta delicada CREMA SUAVE DE HOJAS DE COLIFLOR AL AROMA DE MISO.
La sopa de miso es un plato completo, proporciona proteínas (tofu), vitaminas y minerales (algas), fermentos beneficiosos (miso), carbohidratos (arroz). Todo lo necesario en este plato tan humilde y rápido de preparar.
Lo primero, la receta, que es de lo más sencilla:
Los ingredientes son:
- Agua 250-300 ml.
- Miso 25 gr (aprox una cucharadita)
- Tofu 30-40 gr.
- Algas (yo he usado wakame deshidratada), un puñadito
- Fideos de arroz instantáneos, de esos que se hacen en 5 minutos, simplemente echándoles agua hirviendo. También podéis echarle arroz cocido, fideos soba, o cualquier pasta que queráis, que tengáis ya cocida. 

La preparación es de lo más simple:
- Hierve 1 litro de agua.
- Trocea el tofu en dados pequeños de aproximadamente 1 cm2, y ponlo a remojar con un poquito de agua hirviendo, junto al puñado de algas.
- Remoja también, en un bol aparte, los fideos de arroz.
- Mientras, pon en una tacita la cucharadita de miso y deshazla en un poquito de agua caliente, hasta que se disuelva por completo.
- En el tiempo en que tardáis en deshacer el miso, el alga se habrá rehidratado, el tofu habrá tomado el sabor del alga, y los fideos de arroz se habrán reblandecido.
- Añade el mismo disuelto en el bol con el tofu y la wakame, escurrir los fideos e incorporarlos al bol. Si hace falta, añadir algo más de agua caliente para completar el plato.
- Yo he adornado con un poquito de cebollino y he disfrutado como una posesa. Espero que disfruteis vosotros también.

SOBRE EL MISO

Se trata de una pasta aromatizante fermentada de manera natural (no pasteurizada) con semillas de soja, en ocasiones cereales como arroz, cebada o trigo, y sal marina. Un alimento considerado como curativo en la antigua cultura china y japonesa y sobre el que aprenderemos un poco más hoy.

Diferentes tipos de miso

Dependiendo del proceso, tiempo de fermentación y del tipo de productos que se utilicen en la preparación de este alimento, podemos encontrar varios tipos de miso, desde aquellos con sabores más suaves hasta los más intensos.

Miso blanco: denominado de este modo por su color más claro, pero también conocido como shiromiso y es la modalidad más apreciada por su sutil y suave sabor. Su proceso de fermentación es el más corto, alrededor de un año. Este es el miso que he usado en la sopa de la derecha (en la primera foto)

Miso rojo: también llamado Akamiso. Su sabor es más fuerte que el del miso blanco y su proceso de fermentación dura alrededor de dos años. Es el que lleva la sopa de la izquierda (en la primera foto)

Miso negro: o kuromiso, su gusto es mucho más intenso y su fermentación dura unos tres años.

En función del tipo de productos que se incluyan en su fermentación podemos encontrar desde el Hatchomiso, que es el miso más puro, más oscuro, el que contiene mayor concentración de proteínas (20%) y en su fermentación no se incorpora ningún grano añadido de trigo, arroz o cebada, únicamente se realiza a partir de soja; hasta otros misos que contienen soja y cebada (Mugimiso), soja y arroz integral (Genmaimiso) o soja y arroz blanco (Komemiso).


Propiedades del miso
El miso es un alimento muy nutritivo. Puede contener entre un 13% (como el Mugimiso) y un 20% de proteinas de buena calidad, como el Hatchomiso, que es el más puro de todos los misos.

La gran variedad de aminoácidos esenciales y minerales que contienen determinados misos que combinan sojas y arroces, confieren a estos productos de una proteína de alto valor biológico.

Al igual que en legumbres y cereales, el miso contiene altos valores de carbohidratos de lenta absorción, combustible idóneo para nuestros músculos, así como altos niveles de vitamina B12, ácido fólico y minerales como magnesio, calcio y hierro.

OJO!! También contiene grandes cantidades de sodio, así que cuando añadais miso a vuestros platos, reducir o eliminar la cantidad de sal.

Beneficios del miso
Poder enzimático: en el caso de los misos sin pasteurizar, y sobre todo aquellos en los que la fermentación es artesanal, aparecen grandes concentraciones de enzimas digestivas que favorecen el equilibrio de la flora intestinal y de procesos digestivos complicados.

Poder antioxidante: que ayuda a depurar sustancias tóxicas de organismo a través de la eliminación de radicales libres. Además, es un perfecto alcalinizante que favorece la eliminación de la acidez causa por ciertos alimentos grasos y refinados.

Como veis, este es un producto muy interesante que conviene tener a mano en nuestra cocina. 

lunes, 6 de agosto de 2018

MERENGUES DE AQUAFABA

Estos sorprendentes bocaditos de merengues no están hechos con clara de huevo, sino con aquafaba, el líquido de los botes de legumbres cocidas. Gracias a gastronomíavegana.org y a ESTA ENTRADA, donde se explica muy bien el proceso.
Hasta hace poco no imaginaba que podían hacerse, y había renunciado al merengue hacía años, un dulce que me gustaba mucho de pequeña.
Una vez re-descubiertos, subiré algunas recetas que llevan este ingrediente en su preparación.
Por ahora, estos pequeños bocaditos son perfectos como "chuches" para los niños. Chuches sanas a más no poder, salvo por el azúcar.
Para hacer esta receta, necesitaremos, simplemente, el agua de un bote de garbanzos, y azúcar y, opcionalmente, goma xantana. Yo he utilizado azúcar blanco para conservar el blanco, pero podeis usar el endulzante que prefiráis: panela, fructosa, sirope... el color de los merengues dependerá del endulzante. No os pongo cantidad de azúcar porque depende de cada gusto.
Para su elaboración, sólo se necesita una batidora. Cualquier sirve, pero si teneis de varillas, mucho mejor. También podeis batirlo a mano, aunque os llevará un poquito más de tiempo.
Este es el merengue que hizo mi amiga Violeta, con su hija Valentina y a fuerza de los cuatro brazos:
Y este otro, el que batió mi hija Irene, con la batidora de varillas, y añadiendo media cucharadita de goma xantana.

En ambos casos, la consistencia es la misma: como las claras a punto de nieve.
Para que os sea algo más fácil imaginar la textura, en este pequeño vídeo, podeis ver cómo queda:

Después los puse en el horno, en dos alturas, en porciones pequeñas, a temperatura suave con el horno abierto durante un par de horas. La idea no es que se cocinen como los merengues de clara de huevo, sino que se deshidraten.
También los puedes hacer en un deshidratador o poniendolos al sol hasta que queden crujientes.
He de aclarar que quedaron mejor los merengues que puse en la rejilla que en la bandeja, ya que los primeros tenían mejor ventilación.
Para conservarlos, no os aconsejo que los metais en bolsas ni botes, a no ser que el bote tenga algún desecante, ni siquiera dentro de un armario, porque enseguida se reblandecen y pierden su textura crujiente. Yo los tengo en el alféizar de la ventana para que les dé el sol, cubiertos con un colador para que no entren bichos, y siguen tan crujientes como al principio.

En cualquier caso, también podeis comer el merengue "crudo", porque en realidad ya está cocinado, o usarlo para hacer esta TARTA DE LIMÓN CON MERENGUE DE AQUAFABA



jueves, 2 de agosto de 2018

TIRAMISÚ DE GARBANZO Y TOFU

Con estos dos ingredientes poco habituales para un postre, garbanzos y tofu, hemos preparado este tiramisú, vegano por supuesto, y delicioso.
Es una receta bastante sencilla, porque además no precisa cocción de ningún tipo. Solo necesitas una batidora y un poquito de tiempo, es un pelín entretenida. Pero el esfuerzo merece la pena, os lo aseguro. 
Vamos al lío, empezamos con los 
INGREDIENTES:

Para las capas de chocolate: 
- 3/4 de taza de garbanzos cocidos
- 1 taza de pasas sin hueso, remojadas. También podeis usar dátiles deshuesados. Si vais a hacer este postre para adultos, podeis añadirle al agua de remojo un chorrito de vuestro licor preferido. Para fiestas infantiles, mejor vainilla.
- 1/3 taza de sirope de ágave, sirope de manzana u otro endulzante con esa textura.
- 1/2 taza de anacardos remojados. También podeis usar almendras, pero los anacardos dan una textura mucho más cremosa.
- Un par de cucharadas de coco rallado o harina de coco.
- 2 cucharadas de cacao en polvo, y una cucharadita de café soluble.

Para las capas de mascarpone:
- 1 taza de anacardos remojados
- 1 bloque de tofu de 200 gr.
- Zumo de medio limón
- 1/3 de taza de sirope de manzana o ágave.
- 1/2 cucharadita de goma xantana. Este ingrediente sirve como estabilizante y espesante, y al ser de color blanco, no se percibe en el conjunto, pero si no lo tenéis, podeis añadir una cucharada de semillas de chía. El resultado visual no será el mismo, pero también sirve.


La PREPARACIÓN es muy sencilla:
Solo hace falta echar los ingredientes en la batidora, y batir cada uno por separado hasta conseguir una masa de estas características:

El procedimiento siguiente es mucho más fácil aún:
- Una capa de masa de garbanzos con chocolate
- Una capa de mascarpone de tofu
- Otra capa de masa de garbanzos
- Otra capa de mascarpone...
Así hasta acabar con la masa, dejando la última capa de mascarpone.
Podeis hacer las capas más gruesas, y saldrán menos, o más finitas como yo, y saldrán más. Eso lo dejo a vuestro gusto e imaginación.
Por último, espolvoreamos una cucharada de cacao en polvo, para adornar, y lo dejamos enfriar en la nevera al menos un par de horas.
Buen provecho!!!